EL Situación y perspectivas económicas mundiales (WESP) 2025 informe muestra que, a pesar de resistir una serie de shocks que se refuerzan mutuamente, el crecimiento económico mundial se ha estancado y se mantiene por debajo de su promedio anual anterior a la pandemia del 3,2%.
El informe, elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA), destaca el impacto continuo de la débil inversión, la lenta productividad y los altos niveles de deuda en el desempeño económico global.
Naciones Unidas Secretario General António Guterresen su prólogo, pedía medidas decisivas para abordar estos desafíos.
“Los países no pueden ignorar estos riesgos. En nuestra economía interconectada, las crisis en un lado del mundo hacen subir los precios en el otro. Todos los países se ven afectados y deben ser parte de la solución,“, afirmó.
Camino difícil por delante
Se espera que Estados Unidos muestre una desaceleración en 2025 a medida que los mercados laborales se debilitan y el gasto de los consumidores disminuye, predice el informe.
Mientras tanto, a pesar de la reducción de la inflación y la resiliencia de los mercados laborales, La recuperación económica de Europa sigue siendo limitada debido a desafíos recurrentes como el débil crecimiento de la productividad y el envejecimiento de la población.
En Asia Oriental, se prevé que la economía mantendrá un crecimiento relativamente fuerte, respaldado por un fuerte consumo privado y un sólido desempeño en China.
Por otro lado, Asia meridional está preparada para seguir siendo la región de más rápido crecimiento, impulsado por la continua expansión económica de la India.
En África se esperan modestas mejoras en el crecimientogracias a la recuperación de grandes economías como Egipto, Nigeria y Sudáfrica. Aunque los conflictos, los crecientes costos del servicio de la deuda y los desafíos relacionados con el clima pesan mucho sobre las perspectivas de la región.
En general, el comercio mundial es Se prevé que se expandirá un 3,2 por ciento en 2025.debido a las fuertes exportaciones de Asia y la recuperación del comercio de servicios.
Además, se prevé que la inflación disminuya a nivel mundial, cayendo al 3,4%.proporcionando cierto alivio a las empresas y los hogares.
Desafíos que enfrentan las economías en desarrollo
Sin embargo, se espera que muchos países en desarrollo enfrenten presiones inflacionarias persistentes, uno de cada cinco alcanza cifras de dos dígitos. La elevada deuda y el acceso limitado a la financiación internacional seguirán obstaculizando la recuperación.
La inflación de los alimentos sigue siendo un problema apremiante, con casi la mitad de los países en desarrollo muestran tasas superiores al cinco por ciento.
Esto ha profundizado la inseguridad alimentaria, particularmente en los países de bajos ingresos que ya enfrentan fenómenos climáticos extremos, conflictos e inestabilidad económica.
El informe advierte que la persistente inflación de los alimentos, combinada con un lento crecimiento económico, podría empujar a millones de personas aún más a la pobreza.
Minerales críticos: oportunidades y riesgos
La creciente demanda industrial de minerales críticos como el litio y el cobalto presenta tanto oportunidades como riesgos.
Para los países en desarrollo ricos en recursos, estos minerales ofrecen potencial de crecimiento, creación de empleo y mayores ingresos para acelerar el progreso hacia 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Pero el informe advierte que la mala gobernanza, las prácticas laborales inseguras y la degradación ambiental podrían socavar los avances a largo plazo y exacerbar las desigualdades.
Pidiendo políticas integrales para garantizar una minería sostenible y una distribución justa de los beneficios, el jefe de DESA Li Junhua enfatizó: “Los minerales críticos tienen un enorme potencial para acelerar el desarrollo sostenible, pero sólo si se gestionan responsablemente.”
Un llamado a una acción multilateral audaz
El informe concluye con un llamado a una acción multilateral audaz para abordar las crisis globales interconectadas, incluidas la deuda, la desigualdad y el cambio climático.
Se insta a los gobiernos a centrarse en inversiones en energía limpia, infraestructura y sectores sociales críticos como la salud y la educación.
Se necesita una cooperación internacional más fuerte para gestionar los riesgos y oportunidades asociados con los minerales críticos, asegurando que los países en desarrollo puedan beneficiarse de manera equitativa y sostenible.