BAKÚ, 21 nov (IPS) – Mientras el cambio climático causa estragos en todo el mundo, sus efectos se sienten con mayor intensidad entre quienes viven en comunidades costeras y rurales vulnerables.
En Ghana, la Red de Conocimientos sobre Desarrollo Climático (CDKN) ha lanzado una iniciativa innovadora que combina la resiliencia climática con un aspecto de la crisis que a menudo se pasa por alto: la salud mental.
Para Valerie Nutakor, asistente de programa de CDKN en Ghana, la urgencia del trabajo es clara. “Cuando las personas pierden sus hogares, sus medios de vida y su dignidad, el daño no es sólo físico sino profundamente psicológico. Si sus mentes están destrozadas, ¿cómo pueden reconstruir sus vidas?’
En Shabu, una comunidad costera devastada por el aumento del nivel del mar, las casas han sido arrasadas, los medios de vida destruidos y las esperanzas erosionadas. La ansiedad es palpable y los residentes expresan su desesperación. “Estamos cansados”, dicen. “¿Cómo actuamos cuando nuestro mundo continúa desmoronándose a nuestro alrededor?”
El proyecto brinda apoyo psicológico para empoderar a comunidades como Shabu, donde las mareas crecientes han desplazado a familias, destruido negocios y destrozado sueños.
De las lágrimas al rezili
Una impactante historia de Shabu pone de relieve lo que está en juego. Un lugareño que alguna vez fue propietario de un próspero centro recreativo ahora se encuentra en ruinas, ahogado en deudas. “Hace dos años tenía un negocio, una casa familiar y un futuro”, dijo rompiendo a llorar. “Hoy no tengo nada.”
Para muchos, esta devastación emocional ha paralizado la acción. Las mujeres, cuyos maridos suelen ser pescadores, enfrentan una doble carga. “Sus maridos están en el mar, sus hijos migran en busca de una vida mejor y ellas tienen que valerse por sí mismas entre los escombros”, explica Nutakor.
A través de sesiones de terapia individual y grupal, el Proyecto Iniciativa de Salud Mental Climática (CMHIP) la iniciativa ayuda a las personas a recuperar su agencia. “Una mente que se siente inadecuada no puede actuar”, subraya Nutakor. “Pero cuando brindamos intervención psicológica, vemos una transformación. La gente está empezando a creer que pueden marcar la diferencia”.
Empoderar a las mujeres a través de canciones e historias
Además de abordar la salud mental, CDKN también amplifica las voces de las mujeres en la región del Alto Oeste del norte de Ghana. Aquí, los pequeños agricultores y las mujeres enfrentan desafíos climáticos extremos con una resiliencia notable.
“Nos dimos cuenta de que estas mujeres ya estaban generando resiliencia a través de prácticas indígenas, pero carecían del conocimiento técnico para ampliar sus esfuerzos”, explica Nutakor.
CDKN cerró esta brecha a través de una innovadora iniciativa de narración de historias. Las experiencias de las mujeres con los riesgos climáticos se convirtieron en canciones comunitarias. Estas canciones, arraigadas en tradiciones populares, combinan experiencias vividas y nuevos conocimientos, convirtiéndose en poderosas herramientas de concientización y promoción.
“Cuando las ayudamos a grabar y transmitir estas canciones en la radio local, las mujeres se sintieron vistas y escuchadas por primera vez”, comparte Nutakor. “En una comunidad patriarcal, este fue un momento decisivo”.
Las canciones resonaron más allá de sus comunidades inmediatas e inspiraron a otros a actuar. “Es un efecto dominó”, dice Nutakor. “Cuando una mujer se pone de pie, los demás ven lo que es posible.”
Salud mental y acción: un nuevo comienzo
De vuelta en Shabu, el impacto de la iniciativa de salud mental es palpable. Después de las sesiones de terapia, los residentes dieron el primer paso hacia la reconstrucción de su comunidad: limpiar la playa. Para Nutakor, este fue un momento simbólico. “Mientras limpiaban sus playas, sentían que también estaban limpiando sus mentes, creando espacios para la esperanza y la acción”.
Esta nueva agencia desafía la narrativa común de que el gobierno debe resolver todos los problemas. “Les ayudamos a ver que pueden tomar la iniciativa”, explica Hagan. “Una vez que se sintieron empoderados, sus acciones siguieron naturalmente”.
El proyecto también involucró a líderes locales, educadores y enfermeras, creando una red de apoyo. “No creemos en soluciones de arriba hacia abajo”, afirma Nutakor. “Creemos en la cocreación con la comunidad para que las soluciones sean suyas, no impuestas”.
Cambiando la conversación sobre el clima
El enfoque de CDKN no se trata sólo de intervenciones: se trata de cambiar narrativas. “Con demasiada frecuencia nos centramos en las vulnerabilidades de las personas”, afirma Nutakor. “Pero estas comunidades no son sólo víctimas. Son innovadores y solucionadores de problemas”.
Al abordar la salud mental junto con los desafíos físicos y económicos, CDKN está redefiniendo la resiliencia climática. “Esto es más que una crisis medioambiental: es una crisis humana”, subraya Nutakor. “Y sanar las mentes es tan importante como sanar el planeta”.
Un llamado a la acción
Mientras los líderes mundiales debaten soluciones climáticas en la COP29, Nutakor tiene un mensaje: “El cambio real comienza con las personas más afectadas. Si no potenciamos sus mentes, ninguna política tendrá éxito”.
En Shabu y la región del Alto Oeste, el trabajo de CDKN ofrece un poderoso ejemplo de lo que es posible cuando la salud mental y el empoderamiento están a la vanguardia de la acción climática. Para las comunidades a las que sirven, es un salvavidas y un camino a seguir.
“El crecimiento no se trata sólo de infraestructura”, concluye Nutakor. “Se trata de que las personas se sientan valoradas, capaces y preparadas para afrontar los desafíos que enfrentan. Así es como creamos un cambio real y duradero.
Informe de la Oficina de IPS de la ONU
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